Con unas cualidades sensoriales que se caracterizan por su sabor: frutado dulce y ligeramente amargo, aroma fresco e intenso al fruto, tacto suave y ligero.

Es un aceite que sirve tanto para tomar en crudo como para guisar y freír.

En crudo el aceite de oliva virgen extra es insustituible. Ensaladas de todo tipo, y salsas adquieren su mejor punto con Sierra de Vizcántar, añadiéndole limón, perejil y/o ajo es un aderezo ideal para todo tipo de platos, carnes, pescados, cocidos, asados ahumados o a la plancha …

En las frituras Sierra de Vizcántar es insuperable ya que sus cualidades físicas no se alteran con el calentamiento. La estabilidad del aceite de oliva se mantiene incluso a temperaturas elevadas de fritura, al contrario de los que sucede con aceites de semillas o refinados, no sólo por la precedencia de antioxidantes, sino también, por su riqueza en Ácido oleico que lo hace idóneo para este tipo de proceso culinario, por su mayor resistencia a deteriorarse por oxidación lo que implica una menor aparición de daños en el organismo.